8 días en el Norwegian Escape por el Caribe
Siempre decía, nunca haré un crucero, no es mi estilo…, y siempre había escuchado, nunca digas nunca. No juzgues algo sin conocer, y deshazte de prejucios infundados.
Bien, este era mi caso con los cruceros, sin conocerlos, sin haber estado nunca en ninguno, ya había decidido que no eran para mí. Podríamos llamarle, sexto sentido, pero para mí eran todo prejuicios, un tipo de viaje que jamás iba a saber disfrutar. Demasiado programado, y quizás un poco enjaulado. Y entonces pensaba, yo soy súper pro y me va más el rollo mochilera y hippie, que está más de moda, y aquí es donde te encasillas en etiquetas que no sabes sin forman parte de ti.
Un crucero está bien, lo tienes todo hecho. El concepto crucero, está enfocad para que hagas el mínimo esfuerzo en tu viaje, no es lo mismo llegar a un lugar, buscar transporte, comida, hostels, andar y andar, que llegar a tu camarote y pasear por el barco, comer, beber y disfrutar del mar. Es una buena opción para los que quieran descansar y ver lugares en un tiempo limitado. Una vez entras y te dejas llevar, lo disfrutas. Luego, incluso lo echas de menos.
Mi recorrido salía de Miami, y hacía paradas en Cozumel, Jamaica, Islas Caimán y las Bahamas. pero todo cambió al partir. En la media noche del primer día, el barco dio la vuelta por una urgencia médica, no sabemos muy bien lo que ocurrió. Cuando me desperté el primer día, me dijeron, ¿sabéis que hemos vuelto a Miami otra vez? y yo, ¿en serio?. Sí, hemos estado en Miami un par de horas.
Al día siguiente, ya nos informaron que había un nuevo itinerario, y nos dejaban sin Bahamas. No creo en las casualidades, el motivo principal del viaje fue Bahamas, y en el último momento, desapareció de mi destino. No me molestó en ningún caso, porque prevalece la salud de cualquier persona, antes que disfrutar de unas vacaciones. Cambiaron, Bahamas por Costa Maya, hicimos dos paradas en México, las cuales nos iban fatal, ya que, la semana siguiente del crucero íbamos a pasar unos días en Riviera Maya. El destino, me llevó a México por 3 veces en mis vacaciones. ¿Qué habría en México que debía ver? Ya os contaré si lo he descubierto 😉
En cuanto al barco, es uno de los más grandes y modernos. Es como una ciudad navegando en el medio del océano, tienen teatro, casino, decenas de restaurantes, decenas de bares, toboganes, piscina, mini campo de golf, tiendas. Cómo poderosa estructura es alucinante. Repetiré sin lugar a dudas.
En el siguiente post, os cuento como fueron las salidas y las excursiones para visitar algunas islas del Mar Caribe.
Os dejo con las fotografías que me tomé. El vestido es de Asos. ¡Maravilloso!







